Antonello da Messina Museo Thyssen pintura pintor

ANTONELLO DA MESSINA Retrato de un hombre, c. 1472-1476.

Retrato de un hombre

Hacia 1472 – 1476

Óleo sobre tabla.

27,5 x 21 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid

 

La obra muestra el retrato de un hombre anónimo, su rostro emerge de un fondo ocuro y está situado de tres cuartos y mirando directamente al espectador.

Antonello de Messina, (Alrededores de Mesina, 1430 – Mesina, 1479), pintor  proveniente de la escuela siciliana, fue una de las grandes personalidades del Renacimiento. Se formó en Nápoles y fue uno de los difusores de la técnica de pintura al óleo, proveniente de los Países Bajos, en Italia. No se sabe como aprendió dicha técnica, pero si que durante el siglo XV hubo un gran movimiento artístico y de diferentes estilos en el sur de Italia, donde se mezclaban influencias flamencas, españolas, provenzales o italianas.

Se cree que Antonello pudo estudiar la obra de Van Eyck o Van Der Weyden directamente en la colección de arte del rey Alfonso de Aragón (Alfonso II de Nápoles), gran mecenas de artistas.

Siendo ya famoso como maestro en toda Italia, Antonello fue contratado en Venecia, adonde viajaría en 1475, permaneciendo solo un año, suficiente tiempo para revolucionar el arte del retrato en la ciudad, generando admiración y dejando una huella que duró hasta la generación siguiente a la suya, a la que pertenecieron Tiziano y Tintoretto.

El tipo y la forma del retrato es arquetípico en la obra del autor, del que conocemos al menos, doce obras más de efigies con características similares.

Por un lado, el artista reprodujo de una forma casi miniaturista los detalles de la cabeza, al estilo de los maestros flamencos: los rizos, los cabellos sueltos recortados en su frente, los pelos de las cejas, la barba incipiente del hombre o la reproducción absolutamente realista de los ojos. Por otro lado, el gesto relajado y la expresión suave del hombre, así como el claroscuro del cuadro son características más italianas y renacentistas.

El rostro del personaje se recorta en una total oscuridad, lo que favorece la volumetría del conjunto. Si lo comparamos con otros retratos del Quatrocento, observamos un avance, ya que la figura, aparte de no estar de perfil riguroso, tiene expresión y cierta psicología, con lo que Antonello se avanza y sirve de precedente a los pintores del Cinquecento, como Tiziano, por ejemplo.