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Comentario de un fotograma de “Todo sobre mi Madre”

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 CINE, SOCIEDAD Y RENOVACIÓN ARTÍSTICA
PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA, CURSO 2013/2014

La imagen corresponde a un fotograma de la película española “Todo sobre mi madre”, dirigida en 1999 por Pedro Almodóvar. Este film es una de las películas más redondas del director manchego y cosechó multitud de premios tanto nacionales como internacionales.

Se trata de un drama que nos cuenta la historia de Manuela, una mujer sola, rota y destrozada por la muerte de su hijo adolescente en un accidente de tráfico, que se traslada a Barcelona para comunicar la triste noticia a su marido, conociendo allí a otras mujeres entre las que se crea un gran vínculo de ayuda y apoyo mutuo.

Desde el punto de vista técnico, el fotograma es un plano general que nos muestra a Manuela, interpretada magistralmente por Cecilia Roth, de pie en la acera, delante de una pared ocupada en su totalidad por el cartel de la obra de teatro de Tennessee Williams “Un tranvía llamado deseo”, en el que aparece una fotografía en primer plano del rostro de Huma Rojo, la actriz que interpreta a la frágil y desquiciada Blanche DuBois, y que no es otra que Marisa Paredes, otra presencia magnífica del cine español.

La imagen está tomada en ángulo recto, de frente, como si el espectador estuviera al otro lado de la calle y la iluminación no contiene ningún artificio, es la típica iluminación que nos encontraríamos a la puerta de un teatro por la noche, sin colorear, sin casi contrastes, muy realista y coherente con el momento de la acción.

Lo que nos llama la atención cromáticamente, es el peso visual del color rojo en la imagen. Almodóvar tiene predilección por los colores saturados, puros y primarios. En este caso ha llenado la imagen del color rojo: la gabardina de Manuela es roja, exactamente igual que una gran área del fondo del cartel del teatro y también los labios de Marisa Paredes e incluso el graffiti que aparece pintado en la salida de emergencia.

Esta predominancia de un color primario tan vistoso le da al fotograma cierto aire de cómic, influencia directa de la estética Pop. De hecho, parece que estemos ante una versión humanizada de un cuadro de Roy Lichtenstein, con la cara de Marisa Paredes en trama de puntos gruesa, recortada en un fondo rojo plano. Esto, por supuesto, no debe ser casual, ya que es sabido que Almodóvar es un gran admirador del pintor estadounidense.

Para acabar con los comentarios técnicos, hay que destacar que la imagen tiene una composición horizontal, lo que hace que nos transmita cierta sensación de quietud y tranquilidad, recurso muy inteligente por parte de Almodóvar, porque pocos minutos después de este plano, asistiremos al drama de la muerte de Esteban, el hijo adolescente de Manuela, suceso desencadenante de todos los acontecimientos posteriores de la película.

Por lo que respecta al contenido del fotograma, hay que adentrarse totalmente en el universo almodovariano: La principal característica en la que basar cualquier análisis de contenido es que Pedro Almodóvar es un director que no deja nada al azar. En ese aspecto (y en otros que ahora no vienen al caso) podría compararse con su muy admirado Alfred Hitchcock: nada es casual en sus películas, nada aparece porqué si en un fotograma. Todo está estudiado al milímetro y cualquier objeto o persona que aparezca en un lugar determinado de la imagen es porque Almodóvar ha querido que esté allí, atendiendo a razones o bien personales o bien del guión de la película. Y lo mismo ocurre con los decorados, colores, vestuario y maquillaje.

El nombre de la película hace referencia al título original de “Eva al desnudo” (“All about Eve”), una obra maestra dirigida por Joseph L. Mankiewicz en 1950 que narra la ascensión al éxito de Eve Harrington, interpretada por Anne Baxter, una actriz de teatro con apariencia de muchacha dulce tras la que se esconde una mujer celosa y sin escrúpulos que hará lo que sea por triunfar.

En una de las primeras escenas del film, Eve aparece vestida con una gabardina y un paraguas en la puerta trasera de un teatro esperando poder entrar para conocer a su admirada actriz, Margo Channing (Bette Davis). Es indudable el paralelismo entre la escena de “Eva al Desnudo” y este fotograma de “Todo sobre mi madre”.

Y esta no es la única referencia a la película de Mankiewicz. El rostro de Marisa Paredes ocupa la mayor parte del fotograma, como si estuviera contemplando la escena desde esa pared. Ella es Huma Rojo, una diva del teatro, y en otro momento de la película explicará porque se llama así:

HUMA: Empecé a fumar por culpa de Bette Davis, por imitarla. A los 18 años ya fumaba como un carretero. Por eso me puse Huma.

MANUELA: Huma es un nombre muy bonito.

HUMA: Humo es lo único que ha habido en mi vida.

Esa Bette Davis que fuma, es Margot Channing, la diva de “Eva al desnudo”.

En cuanto a la referencia a la obra de teatro “Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams, hay que señalar que el escritor sureño llenó sus obras de inadaptados, marginados, desamparados, locos y sobre todo gente sola y esto puede compararse también a los personajes de “Todo sobre mi madre”. Por otro lado, Tennessee Williams también dio mucha importancia a los personajes femeninos. Sus mujeres, al igual que Manuela, sufren y están sujetas a pasiones, ya sean las suyas o las de otros.

Sobre el significado del color rojo que aparece tanto en este fotograma como en muchos otros de la película, al margen de su apreciación plástica, nos transmite una sensación de pasión, violencia y amor. Sentimientos que se desatará furiosamente minutos después cuando muera el hijo de Manuela. También es el color que se asocia con la sangre, por lo que, al final de la película, Huma Rojo recita el siguiente monólogo modificado de “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca:

“…por eso es tan terrible ver la sangre de un hijo derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo descubrí a mi hijo, estaba tumbado a mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. Porque era mía. Los animales los lamen ¿verdad? A mí no me da asco de mi hijo. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra empapada por su sangre”

Y finalmente, el rojo es el color que se asocia con la enfermedad del SIDA, muy presente en la película, ya que el ex marido de Manuela es seropositivo y contagia a la dulce hermana Rosa (Penélope Cruz), que también acaba muriendo.

Por lo que se refiere a la contextualización del decorado que muestra el fotograma, señalar que en las películas de Almodóvar nos muestran un Madrid colorista, urbano y sofisticado. Es una ciudad cosmopolita donde la gente puede acudir al teatro a ver una obra de Tennessee Williams.

Con este fotograma Almodóvar ubica al personaje Manuela en el lugar de la acción y al mismo tiempo nos está diciendo que es una mujer culta y elegante. Aparte de eso, nos enseña que ya no estamos en aquel Madrid de películas como “Bajarse al Moro”, poblado de gente castiza y mercadillos en Lavapiés con quinquis pululando y viejos asomados a los balcones. Ahora es una ciudad con cierta sofisticación, donde hay gente culta como Manuela que va al teatro, igual como otros directores extranjeros mostraron a sus personajes haciendo lo mismo en París o Nueva York. Y en esto Pedro Almodóvar fue un director pionero, ya que nunca antes se habían mostrado así las ciudades españolas en el cine.